Es curiosa la cantidad de personas que acompañan a los esquiadores y, una vez en las pistas, no les apetece esquiar. Muchos se quedan esperando en la cafetería o dando vueltas por la estación. Para el que se encuentre en esa situación debe saber que existen otras opciones de entretenimiento en la nieve.
El tubing, por ejemplo, es una de ellas y consiste en subirse en un flotador gigante, agarrarse y lanzarse por una cuesta a gran velocidad. No es peligroso, de hecho es para niños, ya que los flotadores se mueven dando bandazos entre dos pequeños muros que evitan el descontrol. En La Molina tienen dos pistas, una artificial y otra de nieve (2 bajadas, 3 euros).
El descenso en trineo también es una magnífica alternativa y la estación catalana dispone de dos pistas, la Llarga, equipada con una cinta transportadora de 165 metros, y otra en Coll Sisé. Por cierto, puedes llevar tu propio trineo.
La Molina está a 36,6 km de distancia de nuestros alojamientos. Aproximadamente unos 45 minutos en coche por el Eje Pirenaico.
Texto original: Tamara Rodríguez (La Vanguardia)