Podemos afirmar que los orígenes de Cataluña se forjan en esta comarca del Ripollés. Personajes que han escrito la historia como Wifredo el Velloso, el Abad Oliva o el Conde Arnau y su famosa leyenda La Leyenda del Conde Arnau. Esta historia se escribe entre los pueblos de Sant Joan de les Abadesses, el Santuario de Montgrony o el Monasterio de Santa María de Ripoll. Finalmente hay que decir que en esta comarca de el Ripollés destacan sus construcciones Románicas. Siendo una de las más importantes de Europa.
La comarca de Ripollés tiene tres templos románicos de gran importancia histórica. El monasterio de Santa Maria de Ripoll, fundado en el año 880 dC por el conde Wifredo de Barcelona y promovido por el abad Oliba durante el siglo XI. Constituye el más claro ejemplo del arte románico de Girona en su esencia más pura. El monasterio de Ripoll desempeñó un papel crucial en el proceso de construcción de Cataluña. Todo visto desde una perspectiva política y social, así como en un plano cultural. Los únicos elementos originales del edificio que quedan son la entrada principal, el claustro, las paredes principales. Además de las tumbas de los condes, sobre todo las tumbas de Ramón Berenguer III y de Wifredo de Barcelona. El conde Wifredo de Barcelona también fundó el monasterio de Sant Joan de les Abadesses en el 887. Este Monasterio tenía el fin de proporcionar un hogar para su hija Emma. Y para la comunidad de monjas benedictinas de la que ella era la abadesa.
Las obras de arte más importantes conservadas en este monasterio hasta la fecha son el Descendimiento. Esta obra de arte está compuesta por siete figuras policromadas de madera. Son casi del tamaño real, que datan del siglo XII. Y el retablo gótico de alabastro de la Virgen Blanca del siglo XIV. Para finalizar, otro sitio que vale la pena visitar es la Iglesia de Sant Cristofol en Beget, un templo románico de los siglos X y XII. Esta iglesia alberga en su interior la famosa Majestad de Beget. Una hermosa escultura policromada de 2 metros de altura que data del siglo XII. Los santuarios mencionados anteriormente constituyen claros ejemplos de la llamada ruta románica. Un itinerario que permite al visitante descubrir toda la región.
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